[umaano]
¿Existen personas con sobrecarga de trabajo en tu organización? Parece tratarse de un dolor endémico. La sobrecarga de trabajo toma inercia en un contexto de pandemia y trabajo remoto, en todas las organizaciones pero, sobre todo, en aquellas que están transitando transformaciones digitales y ágiles, haciendo malabarismos para atender las iniciativas de cambio, y ejecutar el día a día con excelencia.
El dolor que puede derivar de la sobrecarga de trabajo se llama en inglés burnout, que los autores del libro de Harvard Business Review, “Guide to Beating Burnout” (Una guía para vencer el burnout) define como cansancio abrumador, desapego y alienación del trabajo, y una sensación muy desgastante de inefectividad y falta de logro.
¿Qué puede hacer el liderazgo de la organización para ayudar a las personas y equipos a gestionar la carga, y así mitigar la sobrecarga y los riesgos del burnout?
En este artículo se enfatizan 3 abordajes para que los líderes de la organización generen condiciones propicias para una gestión efectiva de carga de trabajo:
Claridad de foco y propósito
De todas las recomendaciones posibles, la primera en la lista consiste en brindar claridad de foco y propósito. Claridad de foco se refiere a que las personas y equipos en la empresa conozcan los objetivos y prioridades. Estos objetivos permiten a cada equipo y persona tomar decisiones sobre cuáles actividades, iniciativas y tareas realizar y, más importante aún, cuáles no realizar. La premisa es que podemos asumir solamente una cantidad de carga determinada, y que por encima de ese límite, estamos sobrecargados.
Entonces, necesitamos criterios para elegir lo que quedará dentro de los límites y por debajo de la sobrecarga. Metodologías como el sistema de gestión por OKRs (objetivos y resultados clave) resultan de enorme utilidad y valor en este sentido.
Esta capacidad de tomar decisiones de forma autónoma, se multiplica cuando tenemos claridad de por qué y para qué estamos haciendo lo que hacemos. Tener claridad del propósito de la organización, y también del propósito de cada actividad que realizamos, es vital no sólo para elegir la carga con criterio, sino también para reducir el estrés que se genera cuando no logramos darle un sentido trascendente y valioso a lo que hacemos.
Estructura organizacional
Un segundo factor tiene que ver con la forma en que diseñamos a los equipos de trabajo y la forma en que interactúan entre sí, y a su vez, con cómo este diseño reduce los efectos nocivos de la reunionitis. Los diseñadores organizacionales acompañamos a los líderes de las organizaciones en estos casos, para reducir la cantidad de interacciones innecesarias y acercar a las personas que necesitan interactuar con mayor intensidad y frecuencia para entregar valor al cliente.
Así, por ejemplo, es posible que un equipo de trabajo se vea en la necesidad de reunirse frecuentemente en muchos espacios distintos para obtener información sobre un mismo tema, pudiendo diseñar un solo espacio con las personas indicadas y obtener la información en simultáneo. En ocasiones, diseñando algún espacio o interacción, pasando a una persona de un equipo a otro, o incluyendo a personas clave en ciertas instancias, la carga dedicada a la colaboración se reduce de manera exponencial. Esta es la lógica de los equipos multifuncionales y otras estructuras ágiles.
Formas de trabajo