Mientras contemplaba el hermoso paisaje, tuve tiempo de reflexionar acerca del destino de este viaje, lo que me conllevó a descubrir el propósito de sostener una visión, actuar teniendo una meta clara y contar con objetivos que permitan enfocar la atención y la motivación.

Fue una caminata larga, alrededor de 7 km durante 3 horas, pasando de un bosque a unos 3 868 msnm (Campamento Yuracorral) a recorrer las montañas hasta los 4 604 msnm donde está ubicada la hermosa Laguna 69 (Huaraz, Ancash, Perú).

Recuerdo que al comenzar esta aventura que termina en tamaña belleza arriba en las montañas, nos advirtieron que tendríamos un largo sendero cuesta arriba y que muy probablemente, no todos los que comiencen, logren llegar a la cima. En ese momento pensé que todas esas advertencias serían suficientes para que muchos decidieran no continuar con la aventura. Pero todos decidieron seguir adelante, y en sus ojos vi la misma determinación que yo sentía. Entonces pude darme cuenta los motivos por los cuales tener una visión es tan potente. Y es que cuando puedes conectar la realización y la satisfacción que proviene de la foto de éxito nos inspira a emprender y superar retos desafiantes.
La visión estaba clara: contemplar la laguna en su esplendor. Pero aún así, necesitaba tener claras mis metas y fijar objetivos muy concretos para cada hito del camino. Definitivamente la inspiración de la visión no se hubiese sostenido, si no hubiese puesto mi atención en lo importante para encarar los obstáculos en el camino al cumplimiento.
  
En el viaje
En el trabajo
Objetivo 1:
Evitar distracciones que me impidan recordar mis metas
Sin divagar demasiado entre el sendero y los atractivos del paisaje, que aunque era demasiado bello y emocionante, necesitaba enfocarme en el logro de la visión; en definitiva, debía seguir una ruta.
Esto mismo es importante cuando comienzas un proyecto o una iniciativa: tener una hoja de ruta con los principales hitos, ayuda a no perder el norte en nuestro camino hacia la conquista de la visión.
Objetivo 2:
Controlar mi respiración para evitar la fatiga
Al principio, respirar era fácil, pero a medida que ascendía, me sentía más agitado y cansado. No es lo mismo caminar por el parque de tu barrio, que aventurarse cuesta arriba. Cuidar mis recursos fue sumamente necesario para asegurar estar abastecido durante todo el camino. Oxígeno es vida.
De la misma forma, es imprescindible tener claro con qué recursos contamos para cumplir los hitos, lo que implica gestionarlos adecuadamente para asegurar su disponibilidad a medida que avanzamos.
Objetivo 3:
Encontrar mi mejor ritmo para descansar sin dejar de avanzar
Noté que detenerme por tiempos cada vez más largos, me enfriaba y me demandaba mayor esfuerzo volver a un ritmo adecuado de caminata. Cada parada que hice fue realmente necesaria para recuperar el aliento, revisar mis zapatos, beber agua o comer algo.
Esto mismo sucede con nuestros equipos, a medida que avanzamos con el desarrollo de las actividades planificadas, debemos generar aprendizajes que nos permitan mejorar el performance del equipo sin comprometer su capacidad máxima.
Objetivo 4:
Un paso a la vez es estar más cerca de la meta
No es fácil mantener el ánimo cuando lo único que quiero es acabar ya con el recorrido, llegar a la meta de una vez. Alzar la mirada y ver todo lo que faltaba subir, fue como recibir una dosis de ansiedad y desesperación. Entonces, volví a ver la ruta en corto, concentrado en cada paso y eso me ayudó a continuar.
En nuestros equipos, pasa lo mismo. Es bueno poder visualizar todos los hitos que faltan completar en la ruta, pero no deberíamos quedarnos solo con esa mirada. También lo es mantener foco en aquello que necesitamos hacer en ese momento. Un paso a la vez.
Objetivo 5:
Determinación para continuar aún en los momentos complicados
Sentía desmayar, mis piernas debilitarse y mis ánimos derrumbarse. Aunque siempre hubo la solidaridad y el respaldo de quienes ya habían estado en la cima, tenía una mezcla de emociones y, estando tan cerca de cumplir con la visión, era imposible no cuestionarme el por qué estaba paralizado. ¿Mis limitantes eran solo físicas, producto del cansancio, o es que mi mente también generaba sus propios bloqueos para continuar? Conocerme a mí mismo fue importante y buscar la manera de superar mis propios límites es algo que solo me corresponde a mí. Así que en ese momento era todo o nada, y yo no me iría sin nada.
Es importante que nuestros equipos logren avanzar hacia el objetivo y, además, se enfoquen en mejorar como equipo. Todo esto no sucede por casualidad, es más bien, el resultado del incremento del nivel de conciencia, del autoconocimiento y la adecuada motivación.
Objetivo 6:
Animar a los demás a conquistar sus metas
Mientras regresaba al campamento, fui compartiendo en el camino palabras de aliento, sonrisas y recomendaciones. Sabía de atajos, de técnicas, de herramientas, de ritmos y consejos que podría entregar a quien tenga la humildad de recibirlos, a quien sepa valorar la experiencia de lo vivido. Si tengo la oportunidad de compartir con otras personas lo que me ha tocado vivir y aprender, es posible que de esta manera pueda contribuir con el logro de sus metas de manera directa o indirecta.
En nuestros equipos es importante cultivar un estilo de liderazgo que permita habilitar un entorno de confianza, que permita hablar de los éxitos, pero que valore también los fallos y los aprendizajes a partir de ellos.

 

Esta es sin duda, una de las situaciones que puso a prueba mi temple y determinación, pero también mi capacidad de establecer objetivos estratégicos y cumplirlos con firmeza.

 
La visión es importante, pero no se consigue sin establecer objetivos. Así mismo, tener objetivos sin acción es saber qué hacer y simplemente no saber cómo hacerlo.

 


Por Alfredo Nuñez, consultor umaano.