Hace un año escribí sobre el , como un evento que podría reunir a todas las recetas con las que los líderes están afrontando la actual situación mundial. Así, cada líder participaría con un plato preparado con lo más valioso que puede entregar y con lo que mejor sabe hacer.
Mi receta hacía alusión a la papa chorreada con la que, junto a mi mamá, participamos en tantos bazares del barrio donde crecí. Una receta sencilla, esencial, de precio accesible, pero de un valor incalculable, lo que nos permitía vender más que cualquiera. Versioné dicha receta solo con 4 ingredientes, los que, hasta ese entonces, consideraba necesarios para afrontar cualquier reto similar que hoy vive el mundo:
  1. Comunicación total: estar abierta al diálogo y bien informada. A la vez, estar constantemente comunicada con mis seres queridos, vecinos y compañeros.
  2. Resiliencia: aceptar mi realidad y crear o descubrir mi propósito, a través de la ventana de oportunidades que significa lo que estoy viviendo, a pesar que me genere estrés.
  3. Agradecimiento total: agradecer a todos los que me rodean y aportan, día a día, para que yo sea una mejor versión de mí misma. Agradecer también por lo que tengo, por lo que soy y por lo que aprendo.
  4. Humildad: reconocer y estar abierta a que, de cualquier momento y de cualquier persona, puedo aprender o enseñar algo para crecer.
Recuerdo que, en esa época, no solo mi mamá y yo logramos que el suculento plato fuera parte de todos esos bazares. Había muchas personas que colaboraron todas las veces para que el plato estuviese a tiempo, se mantuviese fresco y fuese suficiente y de calidad para los comensales. Es decir, funcionaba todo porque había un sistema habilitado para que así fuese.
En la actualidad, siento como si estuviésemos viviendo algo similar. Se logran objetivos porque hay todo un sistema habilitado para ello. Pero ¿qué tipo de objetivos? ¿Ser feliz? ¿Crecer profesional o personalmente? ¿Tener salud? Cada uno de nosotros se traza sus propios objetivos y metas. Yo descubrí que, para poder acercarme más a mis objetivos, a esa receta que había elegido anteriormente, le hacía falta algo demasiado importante: colaboración radical.
Lo anterior, lo descubrí sobre todo por una habilidad que siento que me faltó explorar mucho más en otras épocas: la resolución de conflictos. Y es que, como todo en esta vida, la complejidad y diferencias de los seres humanos, al materializarse en situaciones de alto estrés, podrían ser perjudiciales para las partes involucradas.
En mi caso, he tenido innumerables aprendizajes. Durante estos últimos 11 meses, he tenido situaciones difíciles que muchas veces parecía que no iban a terminar muy bien. Sin embargo, y sin tenerlo tan claro, en muchas de esas ocasiones la escucha genuina fue esa sazón con la que mi receta de papa chorreada se ha venido convirtiendo en mi plato estrella, digno de acompañar otros platos fuertes.
No obstante, hay muchos componentes de la colaboración radical (libro de James Tamm y Ronald Luyet) que tengo muy pendientes de seguir explorando y sacar provecho de ellos. Luego de la claridad que ya tengo, por ejemplo, creo que puedo aplicar y aprender mucho sobre:
  • La teoría FIRO: orientación fundamental a las relaciones interpersonales. Pienso que puedo ser más incluyente, habilitar mayor control y apertura sobre los equipos a los que pertenezco; con el ánimo de generar mayor compatibilidad.
  • Toma de decisiones sabias: Aunque me propongo tomar decisiones de manera sabia y asumir la responsabilidad de todas mis acciones, aún me cuesta tener conversaciones difíciles, las cuales son el inicio para decidir sabiamente.
  • La herramienta de la primera verdad; es decir, ir inmediatamente a levantar la mano sobre alguna verdad que tengo en mente; definitivamente, es algo en lo que quisiera trabajar más y más.
  • Estar en una posición de recibir, con la intención de siempre colaborar, es algo que me caracteriza, pues me ubico en una posición de construcción y sinergia.
  • Y finalmente, comprender los intereses de todos más el mío, es parte de analizar los problemas y buscar esa solución que requiere cada uno de los momentos de crisis.
Con todo ello, me gustaría resaltar que como líder tengo mucho que aplicar, mucho que aprender y mucho que escuchar; con el objetivo de, poco a poco, hacer saber a las personas con las que me relaciono, lo importantes, competentes y agradables que son.
En este bazar de valores en donde hemos llegado a participar todos, a mi receta no le podía faltar ese quinto ingrediente. Por lo que quiero recapitular que, en cualquiera de los contextos que cada uno esté viviendo, sólo podremos salir de esta, y de cualquier situación difícil, con lo más valioso que cada uno tenga para aportar. Por ello, yo preparo todos los días mi receta de papa chorreada con:
  1. Comunicación total
  2. Resiliencia
  3. Agradecimiento total
  4. Humildad
  5. Colaboración radical
Cada uno tiene su receta e ingredientes propios. Me gustaría saber:
¿Cuáles serían los ingredientes de tu plato para participar en este bazar?